En el Pirineo queremos vivir, más analistas como éste harían falta en Aragón...

Ciclo natural

• JOSÉ LUIS Trasobares (26/07/2006) El reclamo del regadío me atrapó durante años, como buen aragonés y monegrino de origen que soy. Ahora no es que reniegue de ello, pero veo las cosas desde otra perspectiva. Podría decirse que formo parte de esa nueva opinión pública más preocupada por la salud de los ríos que por la extensión de acequias y acueductos, o que tiene mil veces más interés en recuperar el ciclo natural del agua que en construir más y más embalses. Pero si quieren me traslado al universo y una vez allí les aseguro que me inquietan la debilidad de las estructuras empresariales, el retraso tecnológico, la ausencia de potentes líneas de comercialización y la dependencia de las subvenciones mucho más que la ampliación de zonas regables.
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  Es obvio que el regadío tiene todavía un gran predicamento político en Aragón. Normal, porque aquí tardamos mucho en reconocer los cambios de ciclo, y las pocas y vagorosas ideas que sustentan nuestra forma de ser como pueblo, sociedad o lo que quiera que seamos nos duran decenios y aun siglos, aunque estén ya más pasadas que el cha-cha-chá. Pero la realidad nos muestra hoy, con una contundencia pavorosa, que la maltrecha naturaleza ha hecho fracasar la pretensión de someter las cuencas fluviales a un ciclo artificial y controlado. Los principales afluentes del Ebro en Aragón están tan maltratados desde su nacimiento (perturbado por las obras y las tomas para los cañones de nieve de las estaciones de esquí) y tan agobiados por la sequía, que no son capaces ni de medio llenar los pantanos que trocean sus cauces... Pero en lugar de estudiar la situación y de atender a su gravedad, aún los hay empeñados en huir hacia adelante en pos de mayores y más agresivos artificios. Nos estamos buscando la ruina.

Del Periódico de Aragón de hoy...Y que conste que Trasobares no es de CHA